Hoy siendo veintiocho de diciembre puedo decir con toda certeza que sobrevivimos a otra premoción apocalíptica, ni el calendario maya pudo contra la humanidad, cuyo mayor peligro sigue siendo ella misma. Es increíble pensar que hemos sobrevivido a más de 158 premoniciones del fin de las eras. Para los escépticos fue un simple día, para los creyentes quizás otra desilusión. Personalmente creo que se trato de una mala interpretación a una cultura magnifica como fue la Maya, sin creer en el fin del mundo, esperé que sucediera ese cambio místico en las personas que tanto hace falta.


El fenómeno del 2012 se basaba en antiguas creencias Mayas, las cuales se suponían indicaban el fin de la humanidad o un cambio espiritual por parte de los seres humanos, dependiendo de lo que uno prefiriera creer. Fin del mundo o cambio espiritual, llegó el solsticio de diciembre en el planeta tierra y no sucedió ningún cataclismo o iluminación masiva. El magnífico calendario  de cuenta larga de los hijos del sol cerraba otro clico de 13 baktunes ( un baktun equivale a 144000 días). Según reconocidos mayistas( profesionales en el estudio de la cultura Maya)  el calendario no indicaba el fin de los tiempos, sino el comienzo de un nuevo ciclo, ya que se han encontrado inscripciones de premoniciones futuras en las que se esperaba que la vida continuara, como sostuvo Mark van Stone oponiéndose al escritor religioso  Michael Coe :
En las antiguas profecías de los mayas, los aztecas o los antiguos mesoamericanos no hay nada que sugiera que profetizaron un cambio repentino o importante de ningún tipo para 2012. La noción de un «gran ciclo» que llega a su fin es una invención completamente moderna.
Las inscripciones mayas que contienen predicciones del futuro coinciden en indicar que se esperaba que la vida continuase más o menos de la misma manera por siempre. En Palenque, por ejemplo, predicen que en el año 4772 d.C. la gente celebraría el aniversario de la coronación de su gran rey Pakal.
Mark van Stone (investigador mayista)
Coe afirmó en su libro The Maya (Los Maya) que existe una indicación de que el Armagedón sorprenderá a las personas degeneradas de este mundo y a toda la Creación en el último día del presente decimotercer baktún. Así nuestro universo actual será aniquilado cuando el Gran Ciclo de la Cuenta Larga llegue a su final.
                                                                                                    Michael Coe.

Varios autores y miembros de la “nueva era” sostenían que la tierra atravesaría una transformación física o espiritual, basándose en las creencias de las culturas nativas de América, en especial en la antigua civilización Maya.  En cambio otros afirmaban según vínculos astronómicos y coincidencias numerologícas relacionadas con la fecha 21/12/12 que sucedería una catástrofe global, claro que estas suposiciones jamás fueron avaladas científicamente.

Durante todo el año 2012 las posibles causas del cataclismo terrestre dieron mucho de qué hablar. Entre las más provocativas se haya la colisión del planeta tierra contra un cuerpo celeste llamado Niribu (astro hipotético  propuesto por el escritor Sitchin)  o contra  un asteroide errante, también se hablo  del  comienzo de una intensa actividad solar con tormentas  e irradiaciones catastróficas para la tierra y el encuentro de la tierra con un agujero negro. Creyendo o no en las profecías semejantes predicciones llegan a perturbarnos.

Claro que la ciencia también tuvo un papel protagónico durante el año 2012 respecto a las predicciones Mayas. Algunos arqueólogos afirmaban que no existen códigos o inscripciones en las ruinas que se refieran a la “profecía Maya”. Astrónomos y científicos rechazaron las predicciones apocalípticas que consideraban infundamentadas o pseudocientíficas, explicando que los eventos   pronosticados se contradecían con las mínimas y más simples observaciones astronómicas.
 La Nasa y otras instituciones dedicadas al estudio e investigación del espacio argumentaban en contra de las catástrofes que anticipaban los fieles a las profecías  Mayas. Recibiendo miles de preguntas respecto al tema, desmentían a todos los falsos profetas. No es la primera vez que tiene que realizar esta actividad, sucedió también hace doce años, el 31 de diciembre del 1999.

 La especie humana sigue siendo el mayor daño del planeta, sin necesidad de eventos catastróficos, invasiones alienígenas, explosiones solares, apocalipsis cercanos y cientos de finales dramáticos que se vienen proclamando desde hace miles de años.
Si hay algo que deberíamos tomar y aprender  de las antiguas civilizaciones de América es su respeto por la naturaleza, no  sus profecías, ya tenemos suficiente con las actuales. Lo único que nos queda en proteger los últimos rincones libres de la tierra, esos rincones puros, con agua y arboles, sin fábricas, sin mercados, sin contaminación, esos rincones que son nuestra mayor esperanza.




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